We Are For Each Other

Sus caminos se cruzaron más de una vez y no siempre de la manera en la que les hubiese gustado. Mayu apoyó a su mejor amiga durante toda su relación con el médico, tragándose sus propios sentimientos y simplemente obviando todo porque ellos fuesen felices. El día en que Kana perdió la memoria y Hatori la dejo atrás no pudo evitar tener un nudo en el estómago, no solo por haberla visto deteriorada, sino porque no recordase ninguno de los momentos felices que había pasado por el médico y por los cuales ella había tragado.

Unos años más tarde, cuando ambos volvieron a juntarse todo volvió a comenzar y su relación pareció volver a empezar, los sentimientos que había creído apagados volvieron a encenderse y como si estuviesen renovados ambos pudieron dar un paso más allá. Tras haberse roto la maldición, tal vez sería el momento de empezar aquello que estaba predestinado a pasar.

Aunque no todo podía ser tan fácil ¿No?

JUST BREATHE

El comentario sobre el perro del averno hizo que Hatori pestañease una par de veces seguidas. Observando a Mayu fijamente, puede que ella no supiese lo cerca que estaba de la realidad y ahora que sabía el secreto del zodiaco era difícil no comunicarle lo acertada que estaba, pero antes de poder hacerlo se echó a reír. Mayu tenía una habilidad mágica para hacer que las emociones de Hatori saliesen a flote, ya fuese llorando por él o simplemente consiguiendo que se sintiese en un ambiente seguro. Siempre le había costado mostrar emociones y tras el accidente con Kana sintió que era mejor quedarse enterrado en la nieva. Si mostraba sus emociones simplemente haría daño a los demás.

— Lo siento, lo siento — dijo al tiempo que se tapaba la boca con su mano, en ese intentó de regular un poco esa reacción tan desmedida que habría dejado a Mayu perpleja —. Es que me ha hecho gracia que llames a Shigure perro, cuando es su animal del zodiaco — explicó, sabiendo que muchas más piezas encajarían en la cabeza de Mayu ahora que las ponía en perspectiva.

Verla enrojecerse podía convertirse en su pasatiempo favorito. Hacía que sus ojos brillasen y que quisiera estrecharla entre sus brazos. Aunque solo fuesen por unos segundos, le gustaría poder ser un poco más normal, no pasar por esa maldición. Si cerraba los ojos escuchaba esa canción lejana, esa fractura que continuaba expandiéndose y llegando a todos ellos.

— ¿Vamos? — Preguntó cuando la vio terminar de colocar los platos en el escurridor. Había decidido ponerse una camiseta de manga corta y unos pantalones más cortos de lo habitual. Estaba en ese aspecto inusual, uno que normalmente no podía portar porque debía dar una imagen en la familia. Con Mayu todo era diferente —. Podrías haber dejado los platos para mi, al final has cocinado tú — dijo en tono tranquilo, extendiendo la mano hacia ella para entrelazar sus dedos.

Era momento de dar ese paseo, de empezar a cumplir la promesa que le hizo a Ayame y ser mucho más feliz de lo que Kana hubiese esperado jamás. De alguna forma, sentía que se lo debía a sí mismo.

Just breathe

Mayu se quedó muy quieta, estaba escuchando el sonido más maravilloso que se podía haber imaginado y no pensaba hacer nada que lo alterase. Y es que hasta entonces jamás había escuchado a Hatori reír de aquella manera.
Y lo único que podía desear es volver a hacerlo. A pesar de que no tenía ni idea de cómo había logrado hacer aquella magia.

Inclinó la cabeza cuando empezó a disculparse para explicarle el motivo de la risa.- ¿CÓMOOOO? -Preguntó Mayu increíblemente sorprendida. Mientras su cabeza empezaba a encajar las piezas. Ya había supuesto que Shigure era uno de los miembros del zodiaco, pero no había pensado en qué animal sería.- Pero eso no tiene sentido, los perros son leales, buenos, a veces algo tontos... -Empezó a enumerar. Y dejó de hablar cuando lo comprendió.- También están emparentados con el lobo... Eso lo explica. -Había conectado rápidamente los puntos que explicaban cómo alguien asociado a un animal con tan buenas cualidades podía ser tan rastrero.

Se separaron un rato mientras ella se encargaba de recoger y limpiar los platos del desayuno. Se giró cuando escuchó a Hatori preguntar si estaba lista y al verle sus ojos le recorrieron de arriba a abajo más de una vez. Casi parecía otra persona al vestir de aquel modo informal, tan distinto del que acostumbraba.- Pareces mucho más joven. -Fue lo primero que dijo, más bien se le escapó. Pero era consciente de que ahora era cuando de veras vestía como alguien de su edad, mientras que el resto del tiempo siempre parecía mucho más maduro y responsable.
Sacudió las ideas de su cabeza y se acercó sonriente a coger su mano.- No te preocupes por eso, ha sido la costumbre. -Lo había hecho sin pensar. Como vivía sola acostumbraba a hacer todas esas tareas y tenía que hacerlas en el momento o después le daría demasiada pereza.

Salieron de la casa y Mayu se atrevió a coger su brazo en lugar de solo su mano para caminar juntos por el sendero que llevaba hasta el lago. Disfrutando de las vistas del bosque casi tanto como de la compañía a su lado.- Se nota que no estamos en la ciudad, el aire es mucho más limpio aquí. -Mencionó inspirando hondo, se notaba que se encontraban en plena naturaleza.

JUST BREATHE

Mayu tenía una forma de reaccionar que Hatori apreciaba, ponía su pasión en todas sus acciones. Ya fuese llorar por otra persona o simplemente reírse con todo su corazón cuando algo le hacía gracia. Era esa pureza que el mundo había olvidado, una mujer fuerte que no temía mostrar sus emociones. Alguien que Hatori había necesitado por tanto tiempo.

— ¿Debemos tener la personalidad de nuestros animales del zodiaco? — Alzó una ceja en su dirección, intentando comprender como funcionaba eso —. Si es así, debo decir que no encuentro muchas similitudes entre el dragón y yo — no solía hablar de su animal del zodiaco, no cuando estaba tan alterado que apenas se podía apreciar lo que una vez fue.

Hatori no estaba seguro de si en la antigüedad los dragones serían tan imponentes como salían en los escritos, lo que estaba claro es que él nunca se había transformado en nada parecido a lo que la gente dibujaba o se disfrazaba en festividades importantes.

— Dices las cosas más extrañas, Mayu — contestó, ladeando levemente la cabeza. Ella tenía ese brillo, mirándolo como si no lo conociera, de la misma forma que lo había hecho cuando entro con camisa en la librería —. ¿Hubieses preferido un traje para ir a dar un paseo? — Inquirió, utilizando ese tono habitual, además de saber que ya le daba calor de normal como para intentarlo.

Ese acercamiento lo hizo sonreír, acercarse un poco más, lo suficiente como para notar su presencia sin necesidad de hacer saltar la maldición una vez más. Esos días soleados que tanto había esperado llegaron, como si el sueño de haberse quedado tanto tiempo en ese frío invierno solo fuese una parte de si mismo temiendo avanzar. Ahora que lo hacía notaba un valor diferente, una superación que merecía, sobre todo con aquella mujer a su lado.

— Si, uno se siente transportado a otro momento ¿verdad? — Aunque no le gustaría estar en ningún otro lugar qué con Mayu en ese momento, disfrutando de un merecido descanso antes de volver a la realidad que los esperaba —. Se ve el agua completamente cristalina — apreció cuando llegaron a la orilla, la amplitud del mismo era mayor de lo que recordaba o simplemente no se había parado a estar plenamente allí hasta el momento.

» La última vez que vine a este lugar fue el fin de semana que se caso Kana — en realidad unos días después —. Ayame y Shigure me arrastraron, Aya trajo las fotos que tú le habías dado. Me negué a verlas, pero me hicieron prometer que sería mucho más feliz de lo que Kana sería jamás — hizo una pausa para negar suavemente —, no creía que eso fuese a pasar, pero ahora creo que veo a lo que se referían.

Just breathe

Mayu se quedó un poco pensativa ante la pregunta de Hatori. Era cierto que había conseguido asociar a Shigure con su animal, primero insultándolo y después por la personalidad propia de los lobos.
Pero lo cierto es que, a su entender, tenía sentido que fuera así.
Negó con la cabeza cuando Hatori dijo que no veía similitudes entre un dragón y él.- Los dragones son la expresión de la paz, la justicia y la fortaleza... Yo creo que sí hay muchos parecidos. -No lo decía solo para halagarle. Era cierto que veía esas cualidades en él. La capacidad de transmitir paz a los demás, sus muchos sacrificios que le hacían tener uno de los espíritus más fuertes que había conocido.- No todo es magia y garras. -Bromeó un poco, solo para quitarle hierro al asunto.

Cuando se presentó ante ella con la ropa para ir de paseo la sorprendió tanto que dijo lo primero que se le pasó por la cabeza. Y sí, había sido un comentario un poco raro.- Nooo, un traje me daría calor. -No era el clima para vestir así, por muy bien que le sentaran siempre.

El paseo fue agradable, le gustaba caminar por la naturaleza, respirar ese aroma limpio de todo lo artificial de la ciudad, con esos sonidos de las aves. Asintió al comentario de Hatori, era muy cierto que podían sentirse transportados.
Se separó de él cuando llegaron al lago para acercarse a la orilla.

Fue desde allí que escuchó cuándo había sido la última vez que había visitado aquel lugar. Se giró hacia él, mordiéndose el labio por lo de las fotos, pensando que quizá le hubiera traído tristeza aquel día. Pero enrojeció cuando la miró diciendo que aquella felicidad que había prometido parecía no ser tan imposible.
- Me alegro de que lo pienses así. -Sonrió ella, aunque con el rostro encendido.- La verdad es que no quería darle las fotos a Ayame... pensé que no te harían bien. -Reconoció dándose cuenta más tarde de que ahora tendría que explicar cómo se había hecho con ellas su amigo en común.- Pero ya sabes como es... insistió e insistió hasta que no me quedó más remedio que aceptar una foto tuya a cambio. -Confesó. Había intentado rechazarlo por todos los medios, pero sabía que lo siguiente sería empezar a gritar, así que prefirió que se callara. Aunque se quedó la foto igualmente.

JUST BREATHE

— No, creo que la magia que quedaba en ellos desapareció hace muchos años o en realidad nunca existió y por eso la personificación del dragón es tan pequeña — empezó a explicar hasta que vio el rostro de Mayu y se dio cuenta que la mujer había intentando halagarlo. Hatori estaba acostumbrado a tomar los datos como datos, los únicos que intentaban hacerlo sentir mejor eran Ayame y Shigure, dándosele bastante mal a ambos —. Disculpa, no estoy acostumbrado a los halagos — sus mejillas se enrojecieron levemente llevándose la mano a la parte trasera de la cabeza para mostrar esa ligera incomodidad.

El paseo lo había despejado, poder caminar por ese bosque sintiendo la brisa en el rostro y notando la libertad que hacía años que no sentía le ayudaba. Su corazón parecía estar en paz, lejos de esa tormenta de nieve en la que se había mantenido. Durante años había creído que la única manera de ser feliz era mantener a Kana en su corazón, aquel amor imposible que había salido tan terriblemente mal. La había sentido como una caricia, aquella que había abierto la puerta para decirle que no debía estar solo, pero ella nunca fue la persona correcta para él. Después de tanto tiempo podía darse cuenta.

Necesitaba a alguien que no tuviese miedo de mostrar sus emociones, que tuviese esa pasión sobre todo lo que hacía sin dejar de sincera. Mayu era todo lo dulce que necesitaba, a la vez que un vendaval que no temía por nada cuando debía proteger lo que quería. Le gustaba estar cerca de ella, saber que la protegería de la misma forma que ella haría lo mismo.

— ¿Solo una? Me sorprende — aseguró, pues Ayame era una especie de principe en vida, creyendo que todo el mundo necesitaba de él. Hasta su madre había acabado cansada porque lidiar con Ayame era lo más difícil de todo —. Tampoco las vi, si te sirve de consuelo, quise dejar todo atrás porque ella estaba feliz y yo era lo único que quería en ese momento. Querer a alguien también significa dejarlo libre, ser quien debe ser y no interferir por egoísmo, cada uno tenemos a nuestra persona esperándonos, ¿de qué hubiese servido ver esas fotos y llorar no haber sido el elegido cuando ella era feliz?

Just breathe

La respuesta sobre su confesión sobre el intercambio de fotos la confundió un poco, hasta que entendió que Hatori estaba pensando que había aceptado una foto de Ayame.
Entonces se encontró en una encrucijada. Una parte de ella no quería seguir exponiéndose de esa manera, aclararlo era reconocer que sus sentimientos por él habían sido de lo más evidentes para sus mejores amigos, cosa que ya sabían en parte, porque habían intentado meter las narices desde el primer momento.
Pero la otra parte de ella quería volver a ver ese sonrojo de antes en la cara de Hatori, ser quien lo provocase. Y ese gesto de incomodidad también le había parecido tierno.

En fin...- No intercambié las fotos por una de Ayame, aunque seguro que tenía mil en el bolsillo. -Estaba convencida de que iba preparado para una ronda de autógrafos.- Me ofreció una fotografía tuya. El muy ladino sabía que conseguiría avergonzarme con eso y que cedería más fácil. -Por no decir que era evidente que prefería una foto del hombre del que llevaba años enamorada que de ese bocazas encantador.

Escuchó que no vio las fotos, que pensaba que no era necesario, había dejado a Kana ir porque la quería y sabía que sería feliz en su nueva vida.- Que no las vieras no me consuela, ni deja de hacerlo. -Mencionó ella, cogiendo su brazo y dándole un apretón suave.- Lo que sí me consuela es que pensaras así. Que quisieras que Kana fuera feliz, como yo. -Como ella había querido que ambos lo fueran. Dos de las personas a las que más quería no se merecían sufrir.
- Y quizá fuera también lo que Ayame pretendía... saber si estabas triste aún o más dispuesto a que él y Shigure hicieran de las suyas. -Estaba ahí, en el fondo de su mente. Esos dos le habían puesto a prueba antes de intentar meterla a ella en su vida.

JUST BREATHE

Las palabras corrieron rápidamente por la mente de Hatori, su cerebro había rellenado la palabra porque era típico de Ayame entregar sus propias fotos. No comprendía la razón por la que Mayu habría podido ceder, solo por pesado, ahora todo cobraba sentido y se sentía ridículo por no haber prestado atención. Se cubrió la cara sin darse cuenta, el sonrojo había subido mucho más rápido que antes. No solo por saber que Mayu había querido una foto suya, sino por asumir que lo había cambiado por fotos de Ayame.

— Perdón… — Dijo rápidamente, extendiendo una mano hacia ella mientras giraba un poco el cuerpo —. No me esperaba eso en absoluto, de verdad que no, yo… — Volvió a negar, sus amigos siempre habían estado detrás de él, pero Hatori había dejado creer en el amor. La situación que vivían con los Sohma ya era complicada de por sí.

Cuando pudo recuperar un poco la compostura siguió caminando a su lado, aún bastante colorado por su falta de atención. Mayu era adorable, no podía tomarse aquel acto de manera distinta.

— Era lo único valido para mí, quise a Kana durante mucho tiempo nunca negaré esa verdad — aseguró, aún con sus labios apretados —. Considero que lo mejor que podía hacer por ella era que fuese feliz, estar cerca de mi sería un peligro, tal vez con el tiempo y sabiendo que estamos juntos pueda tomar ese paso al ser tu mejor amiga, pero por el momento solo pienso en que ella es feliz. — Su mirada se quedó directamente en ella —. Y espero que nosotros seamos tan felices o mucho más.

Le costaba sacar sus sentimientos de la bolsa, pero en ese momento solo existía una verdad. Kana era su pasado y Mayu su futuro. Estaba seguro de que tendrían uno brillante delante de ellos.

— Creo que ambos querían saber como reaccionaría, pero la verdad es que se preocuparon más de la cuenta. No iba a irrumpir en la boda, además, comprendo porque todo tuvo que terminar y ahora que la maldición no parece sujetarme las muñecas por fin siento que puedo ser yo mismo de nuevo.

Just breathe

A pesar de la vergüenza que podía sentir por confesar que Ayame la había sobornado con una foto de él a cambio de algunas de la foto de Kana se pasó rápidamente en cuanto vio cómo los engranajes encajaban en la mente de Hatori y su rubor aparecía antes de que intentara taparse la cara.
Mayu solo pudo llevarse una mano a la boca para intentar contener la risa que se estaba formando en su garganta al verle así. Le quería muchísimo y era adorable cuando se sentía incómodo. Seguramente porque pasaba muy poco.

Negó con la cabeza cuando pidió perdón.- Estás poco acostumbrado a ser el centro del interés de alguien. -Completó ella su frase por él, creyendo que eso es lo que pasaba. Porque Hatori siempre estaba pendiente de los demás, cuidando a los demás... no pensaba que alguien se fijara de más en él.

Acarició su brazo mientras caminaban, escuchando lo que tenía que decir de Kana. Su mejor amiga era feliz ahora, no estaba segura de que hubiera sido igual de haber permanecido junto a Hatori, si no hubiera pasado lo de su ojo, claro. Quizá simplemente las cosas tenían que ser así... aunque se enfadaría con cualquiera que le dijera que los dos habían tenido que sufrir tanto para encontrar un camino mejor. Porque no se habían merecido ese dolor.

Asintió cuando dijo que esperaba que ellos pudieran ser igual de felices.- Pienso poner todo mi empeño. -Y eso era una promesa, porque podía ser muy cabezota cuando quería.

Hatori estuvo de acuerdo con ella en que el par de dos habían querido ponerle a prueba y comprobar cómo se encontraba con lo de las fotos. Luego empezaron a mover los hilos para juntarlos con sus trampas.- ¿Cómo funciona? -Preguntó cuando mencionó la maldición.- Eso que dices de que la maldición ya no te sujeta... -Quería entenderle mejor. Quería saberlo todo de él, de lo que había pasado, le pasaba o le pasaría.